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lunes, 24 de junio de 2019

Grecia en el Siglo de Oro

SÓCRATES Y LOS SOFISTAS
 Por Jesús Pérez Loza
             Dentro de la historia de Grecia hay un siglo que sobresale o se significa y, este es, el siglo V antes de Jesucristo, denominado también el Siglo de Oro de la Grecia clásica. 

Sócrates
              Se le conoce también como el siglo de Pericles.
              Pericles ( 495-429), fue un extraordinario estratega, político y orador ateniense, que además de estabilidad dio a Atenas obras importantes, como la Acrópolis y el Partenón. Impulsó también las artes, como la escultura y el teatro, en su tiempo se destacaron los dramaturgos Sófocles y Eurípides.
         Pericles tuvo como maestros a Anaxágoras de Clazómene y a Zenón de Elea. Fue contemporáneo del historiador Herodoto y encomendó varias obras al escultor Fidias. Su compañera fue Aspasia de Mileto, una mujer de una extraordinaria cultura.

Pericles
                En ese siglo V antes de Jesucristo, vivió Sócrates (469-399), el filósofo griego más extraordinario y cuya filosofía fue la semilla del idealismo de Platón (427-347)    y del realismo de Aristóteles (384-322).
                    De los hombres importantes de la humanidad, Sócrates, con tanta sabiduría no escribió  un solo libro. Su pensamiento lo conocemos por Platón, por Jenofonte y por Aristóteles.
                  Inicialmente a Sócrates se le confundió  como sofista, pero no lo era, porque él buscaba la verdad a diferencia que los sofistas, cuyo interés se centraba en instruir a los para que supieran hablar en público y llegaran ocupar cargos en el gobierno.
                        Los sofistas eran maestros de retórica y de sabiduría, por lo que enseñaban a sus alumnos a persuadir y a convencer; y cobraban honorarios por sus lecciones. En cambio Sócrates instruía gratuitamente a su discípulos, para que pudieran encontrar la verdad y el conocimiento, mediante su método la mayéutica.
                                Los sofistas, inicialmente eran considerados como sabios auténticos, pero luego perdieron su  prestigio por abusar de los sofismas, que son argumentos aparentemente verdaderos, pero que se utilizan para confundir y engañar.
Protágoras

                              Por ello, ahora un sofista es un sabio que parece filósofo, pero que en realidad no lo es. Simplemente, es un maestro itinerante, que va de ciudad en ciudad y que enseña el arte de persuadir o convencer, mediante la retórica o buen decir.
                      Sócrates se olvidó de la investigación de la naturaleza y del mundo físico, para dedicarse al conocimiento del ser humano, a la antropología filosófica. Su interés era definir los valores humanos ó éticos; él es el descubridor del concepto o definición, así como el fundador de la Ética o filosofía moral. 
                            Sócrates estaba convencido de que una vida sin reflexión no merece ser vivida; así como del reconocimiento de su ignorancia o agnosticismo, para inicir su aprendizaje, al respecto expresó: "Yo, solo sé; que nada sé". Por ello, recomendaba la introspección ó el conocimiento de sí mismo.
                              La sabiduría consiste en el arte de vivir, por ello, la virtud en saber  que capacita  para vivir.
Gorgias

                          Los  sofistas coincidían con Sócrates nada más en la atención al ser humano, y en su importancia. Inclusive Protágoras (480-410), sostenía que "el hombre es la medida de todas las cosas; de las que son en tanto que son y de las que no son en tanto que no son". Esta es la doctrina de la homomensura.
                          También Protágoras defendía el subjetivismo ético: No hay nada bueno en absoluto.
                              Y el relativismo epistemológico: No hay nada verdadero en absoluto.

La Acrópolis de Atenas, edificada en tiempos de Pericles

                               Otro sofista que también destacó, fue Gorgias (483-375), autor de la triple negación ó un caso extremo de escepticismo, porque afirma: 1.- Nada existe. 2.- Si algo existiera, sería incognoscibles. 3.- Dado que existiera algo y lo conociéramos, no lo podríamos comunicar.
                                      De esta forma, niega la realidad, el conocimiento y el lenguaje.  
                                           Como todos los filósofos, tanto Sócrates como los sofistas, dan una gran aportación a la cultura universal y principalmente al movimiento humanista, que habrá de aparecer con todo su esplendor, después de la edad media, en la etapa luminosa y descubridora del renacimiento. 

Alegoría del saber
Guadalajara, Jalisco, México, lunes 24 de junio de 2019.