GÉNESIS
DE LA ONTOLOGÍA Y SU EVOLUCIÓN HISTÓRICA
Por Jesús Pérez Loza
Maestro en Pedagogía
La Ontología, es el estudio del ser y su fundador es Parménides de Elea (540-450), quien atribuyó al ser cinco cualidades: único, eterno, inmutable, inmóvil e ilimitado.
A la Ontología, también se le denomina Metafísica, cuando estudia la existencia y es Ontología, cuando se concreta al estudio del ser.
A
los escritos de Aristóteles (384-322) cuyo objeto de estudio es lo que está más
allá de lo físico, se les denominó Metafísica. Y se tituló Ontología, al estudio del ser en general, a la reflexión del ente en cuanto ente.
A
las obras de Aristóteles agrupadas con la designación de Metafísica, se les
encontró el referente y objetivo común, de incluir los fundamentos últimos del
ser y de la realidad.
La
palabra Metafísica tiene como autor a Andrónico de Rodas (Siglo I a. de J.),
filósofo griego que tuvo a su cargo clasificar los escritos aristotélicos en el
año 70 antes de Jesucristo, así como publicarlos junto con las obras de
Teofrasto (371-287) y, fue precisamente en ese tiempo, cuando se acuñó dicha palabra.
Si
bien, es ya en la Metafísica como Ontología de Aristóteles en donde se
reflexiona sobre el ser, la verdad es que el primero en meditar sobre el ser y
el no ser, fue Parménides de Elea, filósofo griego que vivió desde el año 534
hasta el 480 antes de Jesucristo y que, se hizo célebre por ser antagónico al
pensamiento de Heráclito (535-475), para quien el ser no era estático o
inmutable sino cambiante, ser y no ser, en un constante devenir.
Platón
(427-347) antes de Jesucristo, maestro de Aristóteles, coincide con Parménides
en el tema del ser, pero mientras que Parménides habla del no-ser en un sentido
absoluto, Platón se refiere al no-ser en un sentido relativo. “Si las cosas no
son múltiples, entones son semejantes y desemejantes”.
Para
Platón, el ser es la idea, que es la realidad auténtica y eterna. Sus obras
están escritas en forma dialogada por lo cual se les den omina diálogos; de su
juventud son: Critón, Eutifrón y Apología; de su madurez: Gorgias, Eutidemo,
Protágoras, Fedón, Simposio o Banquete, Fedro, La República, Teeteto, El
Político, Parménides y El Sofista; otros diálogos importantes son: Filebo, Las Leyes y Timeo.
En
la Edad Media, los filósofos católicos emplearon la filosofía aristotélica para
establecer una teoría del ser, que sirviera de prueba filosófica de las
verdades de la fe. Este renacer de la filosofía de Aristóteles, se debió
principalmente a Santo Tomás de Aquino (1224-1274), así como a Alberto Magno
(1193-1280).
El término de Ontología, para referirse a metafísica general de la metafísica aristotélica, alcanza la plenitud de su significado actual, a partir de Christian Wolff (1679-1754) quien estructuró la filosofía del ser, con el análisis gramatical y deductivo-abstracto de los conceptos y así, cobraron otra dimensión: ser, posibilidad y realidad. Substancia y accidente, causa y efecto, cantidad y cualidad, etc.
En
oposición a la nueva Ontología se manifestaron los filósofos materialistas
Baruch Spinoza (1632-1677), John Locke (1632-1704) y Thomas Hobbes (1588-1679).
Los principales representantes del Idealismo alemán, se significaron también por ser fuertes opositores a la Ontología tradicional, posición que adoptaron por convicción propia, así como para dar vigencia a sus propias filosofías.
Emmanuel
Kant (1724-1804), filósofo alemán cuya vida se originó, transcurrió y se
extinguió en Konisberg; nutrió su pensamiento con las filosofías de Leibniz
(1646-1716), Wolff y Hume (1711-1766).
Kant
se destacó por establecer la diferencia entre el fenómeno, que es la apariencia
de las cosas, y el noúmeno, que es el ser en sí, lo que la cosa es. Por ello,
propone una nueva Ontología, que será su filosofía trascendental.
A
su vez Federico Guillermo José Schelling (1775-1854), muy conocido en su tiempo
por haber sido un brillante discípulo de Fichte cuando apenas tenía 22 años de
edad; también considera que la Ontología tradicional debe cambiarse, y su lugar
debe ser ocupado por el sistema del Idealismo trascendental.
También
se pronuncia por el cambio de la Ontología tradicional, Jorge Guillermo
Federico Hegel (1770-1831) para que su lugar de deje a la Lógica; inclusive
consideró la idea de la unidad de la Teoría del Conocimiento, la Lógica y la
Ontología, para lograr un conocimiento real y científico del mundo y dejar
atrás la filosofía especulativa.
Ya en el siglo XX, el tema ontológico sigue siendo preocupación de los grandes filósofos para configurarlo y estudiarlo bajo su propio pensamiento y perspectiva.
En
todo caso, también se busca la renovación y permanece clara la idea de una
nueva Ontología, que Edmundo Husserl, fundador de la fenomenología, la concibe
como Ontología trascendental. Por su parte Nicolai Hartmann (1882-1950)
prefiere una Ontología crítica y, finalmente Martín Heidegger refiere un
criterio definitivo y de solidez, al impulsar el cambio a un Ontología
fundamental.
La
presencia de la filosofía alemana en la problemática del ser, es de una gran
trascendencia y, esto, acaso se debe a que justamente la meditación de los
coterráneos de Heidegger, se inicia en los siglos XII y XIII con san Alberto
Magno, extraordinario comentarista de Aristóteles.
Finalmente,
conviene establecer que, el sistema de conceptos universales del ser, que se
conocen por intuición supraracional o
suprasensorial, constituye el núcleo conceptual de las nuevas doctrinas
ontológicas.
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