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viernes, 27 de octubre de 2017

Aplicar las ciencias al campo pedagógico

LA Didáctica MAGNA 
DE COMENIO
Por Jesús Pérez Loza
Maestro en Pedagogía

        Juan Amos Comenio (1592-1670), pedagogo y filósofo checo, representante del humanismo barroco, unificó por primera vez en el Siglo XVII las dos vertientes de la meditación pedagógica: la primera, de naturaleza estrictamente filosófica y elaborada con vistas a la finalidad que la ética propone para el hombre y la segunda, de naturaleza empírica, diseñada para el primero y más elemental aprendizaje del niño en la vida. Con esto, que fue expresado, fundamentado y brillantemente expuesto en su libro Didáctica Magna, se convirtió en el iniciador de la pedagogía moderna, cuyas semillas habrían de germinar en posteriores y prestigiados educadores como Juan Enrique Pestalozzi (1746-1827), alumno de Juan Jacobo Rousseau, que además predica con el ejemplo para alcanzar la meta de que la enseñanza y el aprendizaje se produzcan en un ambiente de cordialidad y amistad, de cariño y amor, de libertad y creación.
Juan Amos Comenio

        En el Siglo XVII, tres libros habían producido una extraordinaria revolución en el avance del pensamiento filosófico y científico:
        En 1620 el Novum Organon de Francis Bacon, que afirma que la verdad va cambiando con el tiempo; en 1637 el Discurso del Método de René Descartes, que busca la evidencia o verdad indubitable y, en 1651 el Fragmento de un tratado de Pascal, que introduce el experimento como criterio de certeza en las ciencias; pero hacía falta un texto que llevara la organización metódica de las ciencias al campo pedagógico y, este volumen, se hizo presente por primera vez en su forma completa con la Didáctica Magna de Comenio en 1657.
        Consta la Didáctica Magna de 33 capítulos, siendo el último un compendio: De los requisitos necesarios para comenzar la práctica de este método universal.

Juan Enrique Peslalozzi

        Allí, Comenio se refiere a las estrategias y elementos que intervienen en un nuevo y universal método de enseñar, que ya explicó en el Capítulo 32, la Didacografía, que es un nuevo nombre de la Didáctica parecido al de Tipografía.
        En esta comparación de la Didáctica con el arte tipográfico, “el papel son los discípulos cuyas inteligencias han de ser impresas con los caracteres de las ciencias”.
        “Los tipos o caracteres, son los libros didácticos y demás instrumentos preparados para este trabajo, gracias a los cuales ha de imprimirse en los entendimientos con facilidad todo cuanto ha de aprehenderse”.
        “La tinta, es la voz viva del profesor que traslada el sentido de las cosas desde los libros hasta las mentes de los discípulos”.
        “La prensa, es la disciplina escolar que dispone y sujeta a todos para recibir las enseñanzas”.
Juan Jacobo Rousseau

        “Todo papel sirve, cualquiera que sea su clase; sin embargo, cuanto más limpio esté, con tanta mayor nitidez recibirá y reproducirá lo impreso”.
        “Así, este método se adapta también a toda clase de inteligencias, pero producirá resultados mejores en las que se hallen más puras”.
        Asegura Comenio, que hay dos géneros de  libros didácticos: los reales, que son para los discípulos, y los informatorios, que son para los maestros, a fin de que sepan enseñar el uso de los anteriores.
        Explica también, lo que representa la tinta en la enseñanza.

Arriba: sistema geocéntrico y abajo: sistema heliocéntrico

        “Hemos dicho que la tinta de la imprenta estaba representada en la enseñanza por la voz del Preceptor, pues de igual manera que los tipos o caracteres tal y conforme son, secos, al imprimir el papel mediante la prensa no dejan él sino leves huellas, que al poco tiempo desaparecen, y, por el contrario, impregnados de tinta dejan marcadísima y casi indeleble impresión; así, todo lo que los libros, maestros mudos, exponen a la inteligencia de los niños, es realmente confuso, arcano e imperfecto; pero al intervenir la palabra del Preceptor, explicándolo racionalmente conforme a la comprensión infantil y haciendo de ello las aplicaciones oportunas; se convierte en real y vivo y se imprime profundamente en el espíritu, de manera de que entiendan perfectamente lo que aprenden y se den cuenta de que entienden lo que saben”.

Francisco Bacon

        “Y así como la tinta de imprenta es diferente de la de escribir, porque no está formada con agua, sino con aceite, también la palabra del Preceptor, merced a su manera suave y llana de enseñar, debe de infiltrarse en  el alma de sus discípulos a modo de aceite suavísimo, inculcando en ellos al mismo tiempo el conocimiento de todas las cosas”.
        Comenio considera a la disciplina, como prensa didáctica y dice:
        “Lo que es la prensa en el arte tipográfico, debe ser la disciplina en las escuelas, única capaz de conseguir que nadie deje de recibir la enseñanza debida”.

René Descates

        “Como en la imprenta cualquier papel que ha de convertirse en libro, no puede escaparse a la acción de la prensa, aunque los papeles más duros sean con más fuerza comprimidos y los más blandos requieran menor presión; así todo el que ingresa en las escuelas para ser instruido, debe quedar sometido a la disciplina común. Ésta tiene grados diversos”.

        “El primero, es la atención constante. Como no hay que confiar nunca lo bastante en la diligencia e inocencia infantil, deben ser seguidos con la vista por donde quiera que se dirijan”.


Blas Pascal
“El segundo, la represión, mediante la cual los que se extralimitan son traídos de nuevo al camino de la razón y el deber”.
        “Por último, el castigo, si se resisten a obedecer las indicaciones o advertencias”.
        “Pero todo ello ha de observarse con extremada prudencia, sin otra finalidad que estimular a todos para que cumplan sus deberes con viveza y entusiasmo”.
        Dejamos el pensamiento directo de Comenio para ponderar ahora su trascendencia y contemporaneidad histórica, a la vez, porque la problemática educativa del hombre es también dinámica y presente.




Del círculo socrático itinerante por las calles de Atenas, a la Academia platónica, el Liceo aristotélico, la docencia filosófica helenística en busca de la felicidad y la enseñanza medieval del Trivium y del Quadrivium, llegamos al Siglo XVI en los años previos a Comenio, en que la Pedagogía tenía la misma categoría de ciencia no independiente en la Antigüedad clásica, porque su práctica quedaba restringida al campo de la política o de la ética y sólo atendía al individuo en su edad infantil. 

Tipografí
Pero con la aparición de Comenio, la Pedagogía se hizo ciencia autónoma y su campo de ejercicio se extendió a la enseñanza del hombre en todos sus niveles de evolución psicológica, es decir, desde la etapa pueril hasta la senectud.
        Así como la revolución copernicana reafirmó la posición de la Tierra en el sistema heliocéntrico y, así como Kant puso al conocimiento como eje de la preocupación filosófica; de igual forma Comenio ubicó al educando en el centro del quehacer pedagógico.

Juan Luis Vives

        De allí, que Comenio también sea comparado en su esfuerzo por la integración de la ciencia pedagógica, con el pensamiento renacentista de Francis Bacon, que da al método inductivo la vanguardia para alcanzar el conocimiento científico y filosófico; por ello, es muy acertada la expresión de que “Comenio es el Bacon de la Pedagogía”.
        Y como el desarrollo del método pedagógico, tiene como especial y esencial propósito, llevar al conocimiento más firme y verídico al individuo, al ser humano; el estrategia didáctica de Comenio se sitúa en la tarea innovación cultural emprendida por los humanistas más destacados: Juan Luis Vives en España y Erasmo de Rotterdam en Holanda.

Erasmo de Rotterdam
Estos humanistas, junto con Comenio, rescatan el valor del individuo, ya expresado por el sofista Protágoras en el siglo V antes de JC, cuando afirmó y sostuvo que: “El hombre es la medida de todas las cosas”, coincidiendo en esta convicción con Sócrates, sobre la inutilidad del conocimiento de la circunstancia, cuando el hombre no se conoce a sí mismo.
        Dicha reflexión antropológica, también la encontramos en la Didáctica Magna de Comenio, en cuyo capítulo 2, asegura que el fin del hombre está fuera de esta vida y textualmente lo expresa con estas palabras:
        “Los dictados de la razón nos afirman que criatura tan excelsa como lo es el hombre, debe estar necesariamente destinada a un fin superior al de todas las demás criaturas; a saber, que unida a Dios, cúmulo de toda perfección, gloria y bienaventuranza, goce con El eternamente de la gloria y beatitud más absolutas”.

La naturalidad congénita con que el hombre aspira al saber, que Aristóteles defiende desde el realismo de su filosofía, es un tema que también aborda Comenio:
        “Es inmanente en el hombre el deseo de saber, y no solamente tiene tolerancia en los trabajos, sino inclinación a ellos”.
        “Resalta esto de un modo visible en la primera edad y no nos abandona durante toda la vida. ¿Quién no procura ver o tratar siempre algo nuevo? ¿A quién no agrada ir diariamente a algún sitio, conversar con alguien, contarle alguna cosa o referir de nuevo cualquier otra? Así, efectivamente ocurre: los ojos, los oídos, el tacto, el mismo entendimiento buscando siempre objeto en que emplearse, se dirigen en todo momento al exterior, siendo igualmente intolerable para la naturaleza viva, el ocio que la imposibilidad”.

Aristóteles

        “¿Y, por qué razón los idiotas admiran a los varones doctos; de qué es señal esto mismo, sino de que experimentan el estímulo de cualquier deseo natural? Ellos querrían participar también de este estímulo, y viendo que no pueden conseguirlo, lo lamentan y lo envidian a quienes ven por encima de sí”.
        Comenio, insiste también en la universalidad de la enseñanza en las escuelas:
        “Puesto que toda la vida depende de la primera edad y de su educación, se habrá perdido si todos no fueren aquí preparados para todas las cosas de la vida”.
        “Y como en el útero materno se forman a cada hombre los mismos miembros, manos, pies, lengua, etc., aunque todos no han de ser artesanos, corredores, escribientes u oradores, así en la escuela deberán enseñarse a todos cuantas cosas hacen referencia al hombre completo, aunque unas hayan de ser después de mayor uso para unos que para otros”.


        Con su espíritu atento a la sabiduría universal, Comenio coincide con pensadores de otros tiempos:
        “Verdadero es lo que afirma Séneca: Bastante larga es la vida si sabemos emplearla, y si toda se utiliza bien, es suficiente para la ejecución de grandes cosas”.
        “En esto estriba todo: EN QUE CONOZCAMOS EL ARTE DE UTILIZARLA BIEN. Y esto es lo que hemos de investigar”.
        Comenio hace referencia a otros métodos, además de la ya expuesta Didacografía, como lo son: el método de las ciencias en particular, el método de inculcar la piedad, el método de las costumbres, el método de las lenguas y el método de las artes, por ello, su afán sistemático en su propósito de fortalecer científicamente la Pedagogía, es comparable a los métodos mayéutico, dialéctico y lógico de los filósofos griegos Sócrates, Platón y Aristóteles, respectivamente.


Sócrates
       


 La modernidad rinde constante homenaje al pensamiento pedagógico y perenne de Comenio, así, el día 28 de marzo, fijado como el momento histórico en que nació este Pedagogo universal, es conmemorado cada año,  en Checoeslovaquia, como Día del Maestro.
                        






Guadalajara, Jalisco, México, viernes 27 de octubre de 2017.

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